Disco: sin editar en disco, grabada para Radio Educación.
Es
un solo de sol
que se entremezcla en una calle
con dos borrachos que han
huido de su hogar.
Es
el furor de Insurgentes,
que martillea en mi cabeza,
con brújula loca y voz
perdida a medio mar.
Es esa maldita costumbre de esperarte
siempre tras algún rincón,
es ese maldito olor a hierba necia
huyendo de una prisión,
es ese maldito reloj,
es ese maldito reloj,
es esa maldita costumbre
de caminar por la ciudad
en plenas 6:00.
Es
el cantor del metro,
caída la greña sobre sus ojos,
caída la vida sobre
una vieja canción.
Es
los pies y los rostros,
ya bien demolidos, saludando
un mayo 1° al señor Presidente
en su sillón.
Es esa maldita costumbre de esperarte
siempre tras algún rincón,
es ese maldito olor a hierba necia
huyendo de una prisión,
es ese maldito reloj,
es ese maldito reloj,
es esa maldita costumbre
de caminar por la ciudad
en plenas 6:00.
Es
un solo de sol,
un amarillo camión histérico,
una encerrada ciudad
y, en medio, tu adiós,
en plenas 6:00,
en plenas 6:00,
en plenas 6:00.
De todos los métodos de análisis de la obra de arte, sin duda el análisis comparado es el que más incomoda al pacífico, pero también el que más saca a relucir la belicosidad del rijoso. No importa que el objeto de estudio muchas veces sea la obra de una persona absolutamente ajena, extranjera o hasta ya muerta: para el crítico desequilibrado pareciera algo personal igual. Para mí, poco dado a debates inútiles (esos en los que los participantes llegan y se van siempre pensando lo mismo, se argumente lo que se argumente), me costó este método, porque lo sentí muchas veces como una disputa absurda ante obras que enriquecen igualmente, más allá de sus diferencias. Nunca entendí por qué tenía que ponerlas a competir, si podía disfrutarlas, interpretarlas y valorarlas a la par. Y desde ese punto de vista, sigo pensando lo mismo. Pero con el tiempo comprendí que ese resultado sólo se da cuando el método se aplica tendenciosamente, y sobre todo, parcialmente, acudiendo a la falacia del texto como pretexto. Comprobé que un afán de analizar con meticulosidad las cualidades específicas de una obra, y confrontarlas con las de otra, permite la correcta valoración de ambas, porque, en general, las obras de arte de calidad poseen aspectos más y menos logrados, en esa búsqueda de un imposible equilibrio perfecto, así que utilizar otra obra como unidad de medida, para luego voltear los papeles una y otra vez, saca a la luz méritos y deméritos de ambas, para analizarlas, comprenderlas y valorarlas más claramente. Por todo ello, me pareció interesante poner aquí Es de Iván Rosas, inmediatamente después de D.F. blues de Follaje, porque ambas rolas comparten el mismo tema: la Ciudad de México, y es una buena manera de comprobar cómo no es en el tema en donde radica el aporte de una obra (como dije en el otro blog, los grandes temas siempre son los mismos), sino en el tantas veces mencionado equilibrio entre forma, fondo y emoción, y los recursos y las maneras en que los usa un artista u otro.
Ya en el otro blog se analizaron varias canciones con el tema del D.F. y la relación amor-odio que despierta en los rockeros mexicanos: Suburbia madre y La gata hidráulica de Guillermo Briseño, Calzada de Tlalpan de Roberto Ponce, La 1ª calle de la Soledad de Jaime López, Viaducto Piedad de José Elorza, cantada por Cecilia Toussaint, y podrían citarse otras aún no revisadas, como Vieja ciudad de hierro de Rockdrigo. En Es, Iván Rosas toma una nueva instantánea de la ciudad y sus trampas. Pero en lugar de centrarse en una determinada calle, o de acudir a la alegoría, decide subrayar una hora: las 6 de la tarde (no se especifica que sea así, pero hay varios elementos que no relacionamos en la memoria colectiva con las 6 de la mañana, aunque aun así es discutible), para que en la mente del escucha se arme el paisaje vespertino (o matutino, según se tome), con todos los recuerdos que conlleva: cantidad de transeúntes, tonalidad del cielo, sonidos, tráfico y aun olores y otros elementos. La familiaridad que se logra con este sutil recurso de economía estilística sorprende, y muestra desde el inicio la diferencia con el estilo de crítica y lenguaje transparentes de D.F. blues. Además, en Es estamos sin duda ante un recurso mucho más poético, precisamente por su oscuridad semántica. Y eso se reafirma con la primera imagen, “es un solo de sol”, una metáfora en que el instrumento musical presta una de sus cualidades a un elemento diferente, semánticamente distante, para evocar una relación poética, que implica una interpretación porque es descifrable, pero no obvia (lógicamente se podría escoger una indescifrable, pero interpretable). Ya este par de decisiones estilísticas muestra la mayor ambición de Iván Rosas en el uso del lenguaje literario, que contrasta con la frese de D.F. blues: “la vida vale poco y venderse es lo común”, absolutamente transparente. Clara, crítica y seguramente sentida, pero mucho más pobre en el uso de la forma, y por lo tanto, desequilibrada. No se trata de que toda la canción sea oscura (aunque podría serlo estupendamente), porque Iván Rosas decide que su siguiente frase sea clara: “dos borrachos que han huido de su hogar”. Se trata de que el manejo alternado de claridad y opacidad estilísticas sirva para regular la tensión narrativa (o lírica), y así las funciones de distractores e indicios se cumplan, para atrapar la atención del escucha mientras se le exige la participación activa propia del arte moderno en la interpretación, y no de darle todo digerido y simple, tratándolo como ente ajeno a la obra, inerte, obsoleto. Se trata de crear dos líneas narrativas o líricas, una oculta y otra visible, que paseen al escucha, hasta que se unan en el clímax, y quede al descubierto su sentido, o al menos estén dados todos los elementos para la interpretación plena, si se trata de una obra abierta. Este manejo inteligente y profesional enriquece muchísimo la obra de arte. Más aún: la define. Lo otro, la transparencia absoluta, limita, coarta, no promueve nada nuevo. Pero Iván Rosas escoge, además, que la hora y el paisaje se amplíen en su significado, al introducir el conflicto amoroso, el desencuentro y la incomunicación que también propicia la ciudad. Así, lo que en la rola de Follaje se limita a la crítica directa y sobada de las condiciones urbanas, en Es de Iván Rosas se expande, pero acudiendo al intimismo, mucho más personal y, por tanto, más identificable desde la sensibilidad para el escucha. Y sin que eso signifique una suavidad en la crítica, porque la canción de Iván Rosas es igualmente dura y franca (basta notar el uso repetido de las palabras “maldito” y “maldita”). Sólo que esa dureza se expresa de manera más amplia, en claroscuros semánticos, a través de la alternancia de elipsis y frases más nítidas, y salpicada de figuras poéticas. La desesperanza ante la inclemencia citadina, piedra angular del fondo y la emoción de ambas canciones, se expresa con similar contundencia. Pero en la forma, Follaje e Iván Rosas se manejan de maneras muy diferentes, en el uso de los recursos del lenguaje, en la construcción estilística, en el control de la tensión, etc.
Pero también en la música hay diferencias significativas. Iván Rosas, como buen rupestre tardío, sólo dispone de su guitarra acústica y una armónica, y de una grabación radial. Follaje, de todo el equipamiento de un grupo tradicional eléctrico de blues y de un estudio de grabación profesional. Y sin embargo, D.F. blues se limita a los clásicos tres acordes del blues en tono menor, mientras que Es, siendo una sencilla balada-rock rupestre, explora algunos acordes más. Esto en sí mismo no significa que la última posea mayor mérito melódico, pero sí da qué pensar que una buena diferencia de recursos no se refleje de manera sustancialmente más rica que una rola rupestre. ¿Qué haría Iván Rosas con más recursos? Bueno, ahí está su nuevo material para corroborarlo. Guste o no, explora algo totalmente diferente a su etapa rupestre, se arriesga. Follaje siguió con los mismos blueses toda su carrera.
Ya en el otro blog se analizaron varias canciones con el tema del D.F. y la relación amor-odio que despierta en los rockeros mexicanos: Suburbia madre y La gata hidráulica de Guillermo Briseño, Calzada de Tlalpan de Roberto Ponce, La 1ª calle de la Soledad de Jaime López, Viaducto Piedad de José Elorza, cantada por Cecilia Toussaint, y podrían citarse otras aún no revisadas, como Vieja ciudad de hierro de Rockdrigo. En Es, Iván Rosas toma una nueva instantánea de la ciudad y sus trampas. Pero en lugar de centrarse en una determinada calle, o de acudir a la alegoría, decide subrayar una hora: las 6 de la tarde (no se especifica que sea así, pero hay varios elementos que no relacionamos en la memoria colectiva con las 6 de la mañana, aunque aun así es discutible), para que en la mente del escucha se arme el paisaje vespertino (o matutino, según se tome), con todos los recuerdos que conlleva: cantidad de transeúntes, tonalidad del cielo, sonidos, tráfico y aun olores y otros elementos. La familiaridad que se logra con este sutil recurso de economía estilística sorprende, y muestra desde el inicio la diferencia con el estilo de crítica y lenguaje transparentes de D.F. blues. Además, en Es estamos sin duda ante un recurso mucho más poético, precisamente por su oscuridad semántica. Y eso se reafirma con la primera imagen, “es un solo de sol”, una metáfora en que el instrumento musical presta una de sus cualidades a un elemento diferente, semánticamente distante, para evocar una relación poética, que implica una interpretación porque es descifrable, pero no obvia (lógicamente se podría escoger una indescifrable, pero interpretable). Ya este par de decisiones estilísticas muestra la mayor ambición de Iván Rosas en el uso del lenguaje literario, que contrasta con la frese de D.F. blues: “la vida vale poco y venderse es lo común”, absolutamente transparente. Clara, crítica y seguramente sentida, pero mucho más pobre en el uso de la forma, y por lo tanto, desequilibrada. No se trata de que toda la canción sea oscura (aunque podría serlo estupendamente), porque Iván Rosas decide que su siguiente frase sea clara: “dos borrachos que han huido de su hogar”. Se trata de que el manejo alternado de claridad y opacidad estilísticas sirva para regular la tensión narrativa (o lírica), y así las funciones de distractores e indicios se cumplan, para atrapar la atención del escucha mientras se le exige la participación activa propia del arte moderno en la interpretación, y no de darle todo digerido y simple, tratándolo como ente ajeno a la obra, inerte, obsoleto. Se trata de crear dos líneas narrativas o líricas, una oculta y otra visible, que paseen al escucha, hasta que se unan en el clímax, y quede al descubierto su sentido, o al menos estén dados todos los elementos para la interpretación plena, si se trata de una obra abierta. Este manejo inteligente y profesional enriquece muchísimo la obra de arte. Más aún: la define. Lo otro, la transparencia absoluta, limita, coarta, no promueve nada nuevo. Pero Iván Rosas escoge, además, que la hora y el paisaje se amplíen en su significado, al introducir el conflicto amoroso, el desencuentro y la incomunicación que también propicia la ciudad. Así, lo que en la rola de Follaje se limita a la crítica directa y sobada de las condiciones urbanas, en Es de Iván Rosas se expande, pero acudiendo al intimismo, mucho más personal y, por tanto, más identificable desde la sensibilidad para el escucha. Y sin que eso signifique una suavidad en la crítica, porque la canción de Iván Rosas es igualmente dura y franca (basta notar el uso repetido de las palabras “maldito” y “maldita”). Sólo que esa dureza se expresa de manera más amplia, en claroscuros semánticos, a través de la alternancia de elipsis y frases más nítidas, y salpicada de figuras poéticas. La desesperanza ante la inclemencia citadina, piedra angular del fondo y la emoción de ambas canciones, se expresa con similar contundencia. Pero en la forma, Follaje e Iván Rosas se manejan de maneras muy diferentes, en el uso de los recursos del lenguaje, en la construcción estilística, en el control de la tensión, etc.
Pero también en la música hay diferencias significativas. Iván Rosas, como buen rupestre tardío, sólo dispone de su guitarra acústica y una armónica, y de una grabación radial. Follaje, de todo el equipamiento de un grupo tradicional eléctrico de blues y de un estudio de grabación profesional. Y sin embargo, D.F. blues se limita a los clásicos tres acordes del blues en tono menor, mientras que Es, siendo una sencilla balada-rock rupestre, explora algunos acordes más. Esto en sí mismo no significa que la última posea mayor mérito melódico, pero sí da qué pensar que una buena diferencia de recursos no se refleje de manera sustancialmente más rica que una rola rupestre. ¿Qué haría Iván Rosas con más recursos? Bueno, ahí está su nuevo material para corroborarlo. Guste o no, explora algo totalmente diferente a su etapa rupestre, se arriesga. Follaje siguió con los mismos blueses toda su carrera.
De esta manera, el análisis comparado no se trata de sobajar una obra a través de otra. Pero en ocasiones es inevitable que saque a relucir los alcances que posee un músico por encima de otro (u otros), la rebeldía, la experimentación inconforme, la inteligencia, y aun la cultura. No se trata de simpatías y antipatías gratuitas por músicos o subgéneros, como han llegado a decir algunos visitantes en el otro blog, tras la no inclusión de sus grupos, solistas y subgéneros favoritos. Se trata de méritos y deméritos auténticos, que el método de análisis profesional desnuda. Si la diferencia resultante es mucha o poca, será consecuencia de la calidad de las obras y los artistas, no del método ni del analista.
Esta canción me trae buenos recuerdos, pero también me trae dudas, Yo la tengo en algún KCTito, pero no se porque tenia en mente que era Qual quien la cantaba... Lo que si es seguro es que es una versión con grupo...intentare rescatar la grabación...Buena rola mi Pinguino, muy buena rola!
ResponderEliminarNo te equivocas, estimado Alex. Lo que pasa es que "Qual" incluyó su propia versión un tiempo en su repertorio, como tantos casos de músicos interpretando a otros músicos (el más reciente que recuerdo en el rock mexicano es "Mírame desaparecer" de Roberto Ponce, grabada por Gerardo Enciso en "Tarará"). Yo vi a Qual tocarla en vivo, pero lo que sí desconocía es que hubiera reguistro grabado de su versión. Así que si lograras recuperarla y compartirla, sería estupendo.
ResponderEliminarQue crees mi estimado, escombrando me he encontrado un kctito que dice Qual en Vivo, ahi debe estar la version que te comentaba el año pasado.
ResponderEliminarEspero poder digitalizarla, ahi te cuento!
Saludos!
Estupendo, amigo Alex, sería genial si logras rescatarla. Esperaré con verdadera expectación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciosa rola mi buen Pingüino, me la imagino interpretada por la Camerata Rupestre, seria uff!!
ResponderEliminarPero así quedo y esta bien, exquisita frase “un solo de sol, un amarillo camión histérico, una encerrada ciudad y, en medio, tu adiós”, demoledora.
No se porque pero esta rolita me trae a la mente esta otra de Rafael Catana dejo el link http://www.youtube.com/watch?v=R5CsvkGNWGY para que la escuchen.
La Monalisa
Y un cantante de blues
con cara de mujer
ay! de mi, ay! de mi.
que se de la monalisa
que aficionada a la felación,
se acostaría en un trolebús
con un guitarrista.
salir de un bar de bucareli,
contarlo a los niños que pasan por ahí.
ver tus pezones delgaditos,
descascarar el sol
ver tus pezones delgaditos,
descascarar, descascarar el sol
y un cantante de blues
con cara de mujer
ay de mi, ay de mi.
que se de la monalisa
que aficionada a la felación,
se acostaría en un trolebús
con un guitarrista.
salir en limosinas en tobogán,
a tocar en burdeles.
ver tus pezones delgaditos,
descascarar el sol
ver tus pezones delgaditos,
descascarar, descascarar el sol
ver tus pezones delgaditos,
descascarar, descascarar el sol
Espero no equivocarme con la letra, si asi fuera agradecería las correcciones, un abrazo mi citadino Pingüino.
Igualmente, amigo Margarito, y gracias por un aporte más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Pingüino, después de muchos días, meses, años, por fin encontré la grabación comentada, y no es precisamente la mía, si no una del buen Ramses, aquel del Blog Sangre Pesada que compartió el disco en un foro... Te dejo el Link, espero disfrutes la versión de "Es" por los muchachones de Qual, a mi me parece muy buena... Saludos.
ResponderEliminarhttp://www.mediafire.com/download/699p42gq1z9uvev/QUAL+en+Vivo+reparado+1990.rar
Absolutamente genial, amigo Alex, es un aportazo, te agradezco mucho que lo compartas conmigo y los lectores de estos espacios. Y saludos al buen Ramsés (¿qué onda con su blog, ya no volverá?, ojalá que sí).
ResponderEliminarUn abrazo, y muchas gracias de nuez.