Letra, música e intérprete: Héctor Cruz.
Disco: sin editar en disco, grabada para la radio.
Disco: sin editar en disco, grabada para la radio.
No deja de llamar
ni un rato solo.
No deja de soplar
en mis alveolos.
Y no sé más que está
dejando cicatrices,
pues cuando me ve
se va.
No suelta su disfraz,
lo busco en vano
con ganchos de metal
entre las manos.
Y lo escucho reír
sentado tras la puerta,
listo para huir:
se va.
No pasa de pintar
sólo un bosquejo;
se queda a la mitad
en el espejo.
Y vuelve a su lugar,
guardado entre las sombras,
pues cuando me ve,
me voy.
ni un rato solo.
No deja de soplar
en mis alveolos.
Y no sé más que está
dejando cicatrices,
pues cuando me ve
se va.
No suelta su disfraz,
lo busco en vano
con ganchos de metal
entre las manos.
Y lo escucho reír
sentado tras la puerta,
listo para huir:
se va.
No pasa de pintar
sólo un bosquejo;
se queda a la mitad
en el espejo.
Y vuelve a su lugar,
guardado entre las sombras,
pues cuando me ve,
me voy.
El tema del doble ha sido recurrente en la literatura y el arte en general. Cabe recordar el cuento William Wilson de Poe, la novela corta El doble de Dostoievski, el cuento El prójimo de Arturo Uslar Pietri, o el cuadro Las dos Fridas de Frida Kahlo, así como varios de Dalí. Uno de los escritores más interesados en el tema fue Borges, en cuentos como El otro, 25 de agosto, 1983 y el texto Borges y yo. Pero sin duda la referencia más conocida es, por supuesto, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Luis Stevenson. En algunos casos, como en la obra de Uslar Pietri, se muestra un ente aparentemente distinto, otro, pero idéntico, lo que lo vuelve amenazador. En otros casos, hay un desdoblamiento, como en la novela Nada es para tanto de Óscar de la Borbolla. En otros, es el espacio o el tiempo el que marca la diferenciación fallida, en un encuentro fantástico que rompe la lógica, como en El otro de Borges o la misma Aura de Carlos Fuentes. Stevenson marca al doble dentro del mismo cuerpo (de alguna manera el ser partido sugerido por Platón), como manifestación de la complejidad interior, de los lados claros y oscuros combatiendo por dominar el alma humana, como símbolo de la parte más irracional, animal, la de las pulsiones, contra la versión moldeada por la moral y la cultura; es decir, la civilizada, pero que a la larga se cobra caro el acallarla, como sabemos desde la irrupción del psicoanálisis.
De una manera muy inteligente, es justo la línea del doble interno la que explora Héctor Cruz en El otro. En esta canción, el conflicto es más filosófico que psicológico, porque se centra en la búsqueda de la parte más auténtica, que está ahí, adormecida porque duele, quizá ahogada por los mecanismos de defensa y los miedos, pero también por el entorno agreste, exigente y a la vez limitante. Y Cruz muestra que es la búsqueda más dura; que el aforismo griego “conócete a ti mismo” está condenado al fracaso, porque lo impide la complejidad incesante que es quizá la esencia definitoria del ser. Para ello, Héctor Cruz se vale de una letra minimalista, que esconde su significado pleno hasta el final, pese a que no deja de darnos indicios tempranos, como en la frase “no deja de soplar en mis alveolos”, donde el posesivo “mis” ya choca contra la narración en tercera persona, pero tan sutilmente, que un escucha poco atento no lo nota. Justo al final, el “se va” que ha utilizado en el último verso de cada estrofa (pues la figura retórica a la que acude es la conversión) se transforma en un “me voy”, que devela el real sentido de la letra (además del indicio previo del “espejo”). De esta manera, Héctor Cruz logra encerrar en unas cuantas frases un fondo muy profundo, de verdadera angustia existencial, pero también maneja inteligentemente la forma, sobre todo la tensión, hasta el clímax, en que la línea narrativa oculta y la visible se unen finalmente. Además, como buen rupestre (aunque no oficial), sigue una de las más distintivas propuestas de este subgénero: la incorporación de léxicos no habituales (“alveolos”, “ganchos de metal”) para renovar la fuerza poética de las letras. De este modo, la aparente sencillez de la letra de El otro esconde un trabajo estilístico cuidadoso, a la vez que un fondo sensible y hondo.
Por el lado de la música, el habitual estilo rupestre de guitarra de palo sola y voz, en el que está casi toda la obra conocida de Héctor Cruz, aquí encuentra una sorprendente excepción. A través de un arreglo sencillo, pero imaginativo, El otro muestra, quizá como ninguna otra rola, lo que un mayor acceso a los instrumentos y recursos de estudio puede enriquecer las composiciones rupestres. Uno puede imaginar perfectamente cómo sonaría esta canción a la guitarra sola, dadas sus armonías cálidas circulares, muy al estilo de With or without you de U2 y Every breath you take de Police. Pero a diferencia de éstas últimas, Héctor Cruz opta por la fuerza de los sintetizadores, primero como sonido claro de fondo (casi de flauta), y luego con otro, más denso, que acompaña, emula y termina por sustituir el juego vocal final, que algo recuerda los juegos vocales be bop de Agustín Aguilar de Mamá-Z, pero en versión más seria, aunque un tanto pop. Pero no por esta orientación hacia los teclados falta el sostén de la guitarra rítmica acústica, rasgueada a la española, además del énfasis de otra, quizá electroacústica, en una pequeña tríada que refuerza el final tarareado (o más bien en “la, la, la”) de los estribillos, tocado en los trastes altos del diapasón, además del bajo discretísimo, pero correcto. Si a esto se le suma la atinada percusión de la introducción, la música de El otro está llena de pequeños detalles ingeniosos y certeros, que acrecientan el poder de una melodía realmente simple, pero grata, a la vez que equilibran el timbre ligeramente inquietante de la voz de Héctor Cruz. Es una pena que la obra de este rupestre marginal entre los marginales (ciertamente un poco dispareja) sea tan poco conocida, pues, pese a su trabajo de años con Roberto Ponce y Nina Galindo, ni siquiera ésta última ha interpretado sus rolas.
De una manera muy inteligente, es justo la línea del doble interno la que explora Héctor Cruz en El otro. En esta canción, el conflicto es más filosófico que psicológico, porque se centra en la búsqueda de la parte más auténtica, que está ahí, adormecida porque duele, quizá ahogada por los mecanismos de defensa y los miedos, pero también por el entorno agreste, exigente y a la vez limitante. Y Cruz muestra que es la búsqueda más dura; que el aforismo griego “conócete a ti mismo” está condenado al fracaso, porque lo impide la complejidad incesante que es quizá la esencia definitoria del ser. Para ello, Héctor Cruz se vale de una letra minimalista, que esconde su significado pleno hasta el final, pese a que no deja de darnos indicios tempranos, como en la frase “no deja de soplar en mis alveolos”, donde el posesivo “mis” ya choca contra la narración en tercera persona, pero tan sutilmente, que un escucha poco atento no lo nota. Justo al final, el “se va” que ha utilizado en el último verso de cada estrofa (pues la figura retórica a la que acude es la conversión) se transforma en un “me voy”, que devela el real sentido de la letra (además del indicio previo del “espejo”). De esta manera, Héctor Cruz logra encerrar en unas cuantas frases un fondo muy profundo, de verdadera angustia existencial, pero también maneja inteligentemente la forma, sobre todo la tensión, hasta el clímax, en que la línea narrativa oculta y la visible se unen finalmente. Además, como buen rupestre (aunque no oficial), sigue una de las más distintivas propuestas de este subgénero: la incorporación de léxicos no habituales (“alveolos”, “ganchos de metal”) para renovar la fuerza poética de las letras. De este modo, la aparente sencillez de la letra de El otro esconde un trabajo estilístico cuidadoso, a la vez que un fondo sensible y hondo.
Por el lado de la música, el habitual estilo rupestre de guitarra de palo sola y voz, en el que está casi toda la obra conocida de Héctor Cruz, aquí encuentra una sorprendente excepción. A través de un arreglo sencillo, pero imaginativo, El otro muestra, quizá como ninguna otra rola, lo que un mayor acceso a los instrumentos y recursos de estudio puede enriquecer las composiciones rupestres. Uno puede imaginar perfectamente cómo sonaría esta canción a la guitarra sola, dadas sus armonías cálidas circulares, muy al estilo de With or without you de U2 y Every breath you take de Police. Pero a diferencia de éstas últimas, Héctor Cruz opta por la fuerza de los sintetizadores, primero como sonido claro de fondo (casi de flauta), y luego con otro, más denso, que acompaña, emula y termina por sustituir el juego vocal final, que algo recuerda los juegos vocales be bop de Agustín Aguilar de Mamá-Z, pero en versión más seria, aunque un tanto pop. Pero no por esta orientación hacia los teclados falta el sostén de la guitarra rítmica acústica, rasgueada a la española, además del énfasis de otra, quizá electroacústica, en una pequeña tríada que refuerza el final tarareado (o más bien en “la, la, la”) de los estribillos, tocado en los trastes altos del diapasón, además del bajo discretísimo, pero correcto. Si a esto se le suma la atinada percusión de la introducción, la música de El otro está llena de pequeños detalles ingeniosos y certeros, que acrecientan el poder de una melodía realmente simple, pero grata, a la vez que equilibran el timbre ligeramente inquietante de la voz de Héctor Cruz. Es una pena que la obra de este rupestre marginal entre los marginales (ciertamente un poco dispareja) sea tan poco conocida, pues, pese a su trabajo de años con Roberto Ponce y Nina Galindo, ni siquiera ésta última ha interpretado sus rolas.
La verdad es que a este cuate no lo conocia, por cierto no se reprodujo la cancion, no se si haya algun problema con el Link.
ResponderEliminarSaludos
Alex
Gracias, estimado Alex, ya arreglé el problema con la rola, sólo hay que insistir. Saludos.
ResponderEliminarLa verdad mis respetos a Pingüino Elemental por compartir todo ese conocimiento y el gran archivo musical de gran valor artístico pero en muchos casos desconocidos. En tus dos blogs he conocido muchos artistas y canciones que han sido verdaderos regalos y descubrimientos para mi todo a traves de tu esfuerzo y gusto. Muchas gracias y te seguiremos leyendo y escuchando.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Anónimo. Créeme que lo que me dices (y lo que otros visitantes me dicen) es lo que impulsa y da sentido a ambos espacios. Además, por supuesto, del rock y el arte mismos.
ResponderEliminarMuchos saludos, y ojalá puedas difundir los grupos y solistas nuevos para ti, porque ese es es el gran objetivo.
Hola mi buen pinguino,ya me di cuenta de quien eres y del porque de tu sabiduria y buen decir,despues de la regañada que me diste en el otro bloog me mude a este que aunque no lo he visto todo ya veo muchas cosas que me gustan,buenisimo lo que escribes de arturito meza y bueno para mi el gran jaime l+opez merece mencíon aparte espero mas analisis de su obra y tambien me gustaría ver el disco polvo de angel analisado por ti y de paso preguntarte porque no consideras a meza entre los 12 grandes compositores y si a otros como el de mama-que francamente es algo menor de calidad. un abrazo
ResponderEliminarEstimado Simón, algunas aclaraciones:
ResponderEliminarPrimero, que revisé la respuesta que te di en tu mensaje en el otro blog, y la verdad no lo siento como regaño. Pero aún así, aprovecho para explicarte que no tuvo esa intención, sino sólo explicar el porqué del criterio, dadas tus inquietudes. Si sonó a regaño, me disculpo.
En segundo lugar, me desconcertó leer que "ya te diste cuenta quién soy". Me sonó raro, pero cuando hablas de los 12 grandes compositores, me doy cuenta que crees que soy Rodrigo de Oyarzábal. Más allá del azoro que siempre me provoca que alguien afirme con tanta seguridad lo que en todo caso sólo puede ser una suposición (lo cual es sólo problema mío, por supuesto), lamento decirte que no soy Rodrigo, alguien a quien conozco hace muchos años como escucha de su programa, y sólo hace muy poco en comunicación directa, pero sólo cibernética, porque como digo por ahí, yo hace años que no radico en el DF como él. Si te das cuenta al revisar la PRESENTACIÓN del otro blog, aunque ambos somos profesionistas y salimos de la misma universidad (UNAM), pertenecemos a ámbitos profesionales muy distintos. Yo no tengo acceso a los medios, y para mí estos espacios son un poco la sustitución de esa carencia (algo que siempre deseé). Rodrigo ha aportado material, ayuda teórica computacional y generosa vibra para este espacio, pero ya con el otro blog terminado; es decir, hace relativamente poco tiempo. Me ha invitado generosamente a colaborar en un par de proyectos, uno de los cuales no pude aceptar justo por no residir en el DF, y el otro es el blog sobre sicodelia, como ya dije en el post de "La forma de las cosas por venir". Sin atreverme a afirmar si es igual para él (aunque su generosidad así me lo hace sentir), para mí es ya un amigo, aunque con la imposibilidad de acrecentar el lazo con las vivencias compartidas, por la distancia mencionada.
(continuación)
ResponderEliminarNo te gastes en tratar de deducir quién soy, estimado Simón (qué kafkiano esto de tener que demostrar que no soy otro...), porque es imposible develarlo, por una razón muy simple: no soy alguien conocido más allá de su pequeño ámbito doméstico. Como dije ya, aunque estudié música, los grupos en los que toqué no dejaron obra perdurable, y luego me fui por al ámbito de la literatura y la docencia, sin reflectores.
Mi identidad no tiene importancia, estimado Simón. Pero en todo caso, aún así sostendré el anonimato, pero con un motivo claro. ¿Cuál? Te responderé lo mismo que al admirado Agustín Aguilar de Mamá-Z, que me preguntó cortésmente si podía conocer mi identidad: el gran poeta José Emilio Pacheco solía decir que aunque no logró cumplirlo, su gran sueño era que la poesía no tuviera firma, porque toda poesía era finalmente una creación colectiva, diacrónica, y que por ello lo importante era la difusión de las obras, y no de los poetas. Yo me quedo con esto último para estos blogs: luego de ver tantos en los que se difunden sin pudor a sus autores (incluyendo intimidades de lo más superficiales), quise que estos blogs difundieran las ideas, las que propician tanto los métodos de análisis, como las obras de los grandes rockeros mexicanos, algunos injustamente desconocidos. Y no abrir un espacio para difundirme a mí mismo, lo menos importante.
Muchos saludos, estimado Simón y gracias por us palabras, y por propiciar que aclare esto para todos, a partir de tu propia inquietud.
Ah, se me olvidaron dos cosas:
ResponderEliminarUna, que no analizo discos enteros, estimado Simón, porque justo la idea es que los análisis sean más detallados y que profundicen en los aspcetos de las rolas. Pero en el otro blog aparecen dos rolas de "Polvo de ángel", si no me equivoco: "Dama en la carretera" y "Sólo la lluvia". Seguro aquí aparecerán algunas más...
Y segundo, en cuanto a lo de los 12 grandes de la lista de Rodrigo de Oyarzábal (que ahora son 15), yo también creo que Arturo Meza debería estar, pero en lugar de Choluis, y no de Agustín Aguilar. Pero no se lo he dicho, porque comprendo perfectamente que ese tipo de debate no lleva a mucho, exactamente como lo digo para la lista de mi propio blog. Y no es que no sea válido ni enriquecedor recibir esas opiniones divergentes (es lo que deseo para estos espacios), sino simplemente que en el caso de su blog yo prefiero apreciar lo que difunde, y no centrarme en lo que falta, por mera opción personal...
Hola mi estimado pinguino leí cuidadosamente tu rspuesta y pues no me queda mas que disculparme por haber adelantado mi juicio y pensar que eras alguien que en realidad no eres,de cualquier forma lo mas importante de este asunto es que encontre un espacio en donde puedo escuchar leer y debatir de la musica que mas me gusta y que llevó escuchando desde que teniá unos 15 años alá por el lejano 1985 y en la que por cierto noto que cada vez hay menos gente que la conozca,pero eso si siempre hay nuevas personas dispuestas a escuchar yo tengo amigos 10 o 15 años mas jovenes que gustan de ella y precisamente estos espacios la mantienen viva y progresando,una vez aclarado todo este mal entendido voy a seguir disfrutando de esta pagina y de de tus comentarios tan cuidadosamente elaborados verdaderamente disfrutables,no hay como encontar algo que te gusta comentado por alguien que sabe y que se ve tambien lo disfruta y si no hay inconveniente seguiré externando mis humildes comentarios. pd ya vi las canciones de catana,muy buena eleccion de los temas,espero ver mas de él en este blog.
ResponderEliminarEstimado Simón, no hay fijón, no hay de qué disculparse. Como te dije, sirvió para explicar un poco el motivo del anonimato (no lo había hecho), y que no es necesario indagar en ello, por carecer de importancia. Y por supuesto que no hay ningún inconveniente en recibir todas las opiniones (la unica exclusión, irreductible, es el insulto, como ya dije por ahí, y obviamente no es tu caso). Así que al contrario, recibir las opiniones cierra el círculo del sentido de estos espacios.
ResponderEliminarUn abrazo acarnalado, y gracias por todo.
Ja ja ja, mi estimado Pingüino y mi distinguido Simón. Dejen les cuento que el mismo Tino (Agustín Aguilar) que fue quien me desveló el blog de las 100 mejores el día que lo entrevisté al aire por la salida a la venta y presentación de "Yo soy la mosca", pensaba, al revés, que yo era Pingüino Elemental y lo que logró fue que buscara ese maravilloso blog y descubriera a Pingüino.
ResponderEliminarComo se lo plantee desde un principio a Pingüino su blog me cautivó por el método y su forma de analizar ya que, como dice, si bien somos universitarios de la UNAM, yo no tengo su formación para aventarme análisis tan completos y chingones y, siendo esto tan importante para el rock mexicano, su aportación, sin duda, dejará huella dentro de las escasas publicaciones del género y, lo que me seguramente sucederá mientras más gente lo conozca, ayudara a formar analistas de rock que definirán sus propias metodologías y eso enriquecerá el espectro escrito del rock mexicano.
A partir de este contacto yo también considero a Pingüino Elemental como un nuevo amigo con el que hemos ido encontrando la posibilidad de reforzar coincidencias y, ¿por qué no? intentar trabajos juntos, como el de la sicodelia en el que ya ofreció algunos análisis que ya iremos incorporando al blog "Cuando la sicodelia llegó al DF" que se abrirá al respetable en agosto, momentos antes de iniciar un nuevo maratón, esta vez de rock sicodélico.
Pingüino estará de testigo que, en los ya múltiples correos que hemos intercambiado, jamás le he pedido saber quien es porque yo sé bien quien es... Es: Pingüino Elemental, ni más ni menos, y así les hablé de él este 1 de mayo a Roberto González y Jaime Lopez con quienes tomé un vinito celebratorio y les provoqué a leer los análisis de Pingüino.
Finalmente, los 15 son los 15, para mí son ellos y mis argumentos y conocimiento de su obra me lo plantean así. Justamente lo comentaba en la misma velada con Roberto ya que él, como Jaime y algún otro músico independiente no es muy afecto a la cibernética y les comentaba del blog de los 15 grandes me preguntaron quienes eran los 15. Al final YO les dije que había varios cibernautas que abogaban por Arturo por lo que convenimos, como lo sostengo en la introducción del blog, que este tipo de listas son, definitivamente, producto de vivencias, gustos y criterios personales.
Pingüino también podrá confirmar que jamás le he pedido que publique a alguien en especial pero, conociendo sus gustos, si le cuento sobre las andanzas actuales de los compositores que sé le darán material de análisis.
un abrazote para ambos.
Aprovecho este espacio para saludar al maestro rodrigo de oyarzabal que es un pilar indiscutible de este y otros mivimientos del rock nacional y diría que tambien de la musica popular contemporánea independiente, y bueno esperando ese blog de la psicodeia que es otra de mis debilidades.
ResponderEliminarGracias por los cumplidos, Simón, y será un placer establecer comunicación contigo. El proyecto de la sicodelia es para salir al aire en agosto y septiembre y contaré con el valioso aporte de Pingüino.
ResponderEliminarrodrigo ya que comentas que estuviste coviviendo con jaime y roberto,creo que si hay alguien que los puede convencer de juntarse un dia con emilia para tocar ese disco clasico eres tú, sería padrisimo sobre todo para los que no nos tocó verlos juntos
ResponderEliminarSimón: El único que ha logrado que palomeen juntos "El huerto" fue Catana, pero este fin de semana estuvieron hablando mucho de todas las épocas y grabaciones de "Un viejo amor". Lo bueno es que Emilia ya ha vuelto a cantar y de Guadalupe (pu's quien sabe)
ResponderEliminarEstimado Rodrigo, muchas gracias por el comentario, y sobre todo por corresponder mi sensación de amistad, aunque sea limitada por la distancia y la tecnología. Y obviamente doy fe de todo lo que afirmas. Y que difundas estos espacios, sobre todo con gigantes del talento rockero mexicano como Roberto y Jaime, es simplemente impagable. Ojalá me hagan el inmenso honor de visitarlos, como ya lo hicieron Agustín Aguilar de Mamá-Z, Choluis de Trolebús, Gerry Meneses de Lucerna Diogenis y José Luis Benítez de Tierra baldía.
ResponderEliminarLa única y mínima aclaración que hago a las palabras de Rodrigo (que ya he dicho, además), es que la lista de las 100 mejores no la determinaron mis gustos (si así hubiera sido, sería bastante diferente), sino la aplicación de los métodos de análisis, que están hechos por profesionales de la teoría literaria y del arte justo para buscar una valoración objetiva de las obras artísticas. Obviamente, los años de experiencia analizando obras con estos métodos van puliendo el gusto, y se va acercando a coincidir con las obras más logradas, es decir, más equilibradas en sus distintos componentes.
Un gran abrazo, estimado Rodrigo, y seguimos compartiendo intereses y esfuerzos. Gracias por tanto.
Olvidé compartir la sonrisa al saber que Agustín creyó que yo era tú, estimado Rodrigo. Realmente divertido. Parece que el círculo del rock mexicano finalmente es tan raquítico, que nos hace los provincianos de la música nacional, al contrario de lo que uno podría suponer. Lo digo porque esa sensación de que todos somos vecinos que inevitablemente se reconocen y hasta tienen parentesco es como de los pequeños poblados, que tienen una sola tienda, una sola farmacia, un solo cine, un solo doctor... Tiene algo de cálido, sin duda, pero también refleja lo lamentable del tamañito que tiene en México la presencia del rock (y peor del nacional), absolutamente evaporado por la música comercial...
ResponderEliminarSaludos Pingüino Elemental, como había amenazado en tu otro blog, ya estoy empezando con éste y que gran forma de iniciarlo: con una rola inédita de un autor casi tan anónimo como tú (aunque en tu caso es por elección), del cual la única referencia en la red que le hace justicia es la tuya, lo que hace de “El otro” una canción para escucharse y difundirse a la voz de ya.
ResponderEliminarM.A.R.X.
Qué gusto, estimado M.A.R.X., será un placer leer tus comentarios en ambos espacios. Y gracias por las gentiles palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarya no se escuchan mmuchas canciones de aquí, podrías resubirlas o indicar en que otro blog están? gracias...
ResponderEliminarEstoy justo en el proceso de resubirlas, estimado Anónimo, debido a la falla (ya van varias, lamentablemente) del lugar donde las subo y obtengo los reproductores. hasta he dudado en cambiarme de host, pero no he encontrado otro que me convenza, así que las estoy resubiendo, poco a poco. Sólo les pido a los lectores y escuchas un poco de paciencia, porque mi tiempo es muy limitado, debido a mi chamba, pero no tengan duda que pronto estará todo de vuelta.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por el interés.