Letra, música e intérprete: Daniel Tuchmann.
Disco: La última neurona.
Disco: La última neurona.
No me pidas que me quede,
pues no me puedo quedar;
además, te aburriría
a la semana, sin pensar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad;
no pienses que es una pose
o que te quiero impresionar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad…
La neurona que me queda
me la quiero reservar,
para el día de mi muerte
—no se me vaya a pasar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar—.
No me pidas que me quede,
pues no me puedo quedar;
además, te aburriría
a la semana, sin pensar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad;
no pienses que es una pose
o que te quiero impresionar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad…
La neurona que me queda
me la quiero reservar,
para el día de mi muerte
—no se me vaya a pasar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar—.
Mi vida,
¡qué aburrida será!
Mi suerte,
¡qué aburrida será!
Mi muerte,
¡no se me vaya a pasar!
pues no me puedo quedar;
además, te aburriría
a la semana, sin pensar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad;
no pienses que es una pose
o que te quiero impresionar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad…
La neurona que me queda
me la quiero reservar,
para el día de mi muerte
—no se me vaya a pasar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar—.
No me pidas que me quede,
pues no me puedo quedar;
además, te aburriría
a la semana, sin pensar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad;
no pienses que es una pose
o que te quiero impresionar.
Lo que pasa es que estoy loco,
pero loco de verdad…
La neurona que me queda
me la quiero reservar,
para el día de mi muerte
—no se me vaya a pasar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar,
y me quede para siempre
en este espantoso lugar—.
Mi vida,
¡qué aburrida será!
Mi suerte,
¡qué aburrida será!
Mi muerte,
¡no se me vaya a pasar!
Siguiendo con el tema del humor, La última neurona de Daniel Tuchmann lo ejemplifica perfectamente, y justo en la misma frontera difusa (y afortunadamente ya caduca) entre trova y rock. Esto último porque Tuchmann es un destacadísimo ejecutante de la guitarra eléctrica (imposible pensar en un instrumento más rockero, y su técnica notable la podemos apreciar en los solos de la ya revisada Tardes de Briseño, sobre el poema Tierra mojada de López Velarde), pero a la vez él mismo siempre se ha considerado más un trovador. Y para ampliar esta amalgama musical, en La última neurona desarrolla un ritmo más propio del reggae, pero envuelto en un arreglo muy cercano al funk, con esos metales potentes adornando los finales de los últimos versos, por lo que juguetea con ese espíritu del sonido motown. Pero, además, le imprime a su melodía ciertos toques de balada-rock, ampliando el espectro musical de sus influencias. De manera muy inteligente, Tuchmann escoge estos elementos musicales porque son los más propicios para el sentido lúdico, desfachatado de la letra, y todo esto, más los vaivenes de la voz precisa de Tuchmann, entre la calidez inicial y la potencia desgarrada del final, enriquecen el poder musical de la canción, también con fuertes aires del James Brown de Please, please, please, por ejemplo, y del rhythm & blues de fanfarronería y seducción que lo precedieron. Pero Tuchmann se va por el humor negro, básicamente por el gran recurso de reírse de sí mismo, al estilo de Woody Allen, ante la vida precaria que, por lo mismo, no hay que tomarse en serio, o al menos no todo el tiempo. En ese sentido, La última neurona tiene un fondo altamente catártico, pero no al estilo clásico; es decir, no a través de la tragedia ajena que luego libera la angustia ante la propia, sino de la ironía, de efecto inmediato. No obstante, igual hay una pequeña actitud crítica: no deja de señalar que la vida es un “espantoso lugar”, del que nos rescata la muerte. Tanto así, que el verdadero deseo es que la poca lucidez no se vaya, para que esa muerte liberadora “no se me vaya a pasar”. De este modo, el humor de La última neurona no es tanto cínico, sino fársico, con la carga amarga muy velada, sutil, al estilo de Beckett en Esperando a Godot y otras obras.
Obviamente el tipo de narrador y el tema de la rola requerían un lenguaje coloquial, cotidiano, que sonara como lo que es: un monólogo, aunque como mero recurso estilístico parezca dirigido a alguien específico, y no al público en general. Con esto, Tuchmann logra que su lenguaje suene vivo, y que el narrador-personaje suene tan presente (apoyado, obviamente, por esa elección de la primera persona verbal), con una transmisión más directa de sus emociones, livianas y al mismo tiempo fastidiadas, pero sin una amargura real, sino sólo muy al fondo, cuando nos quedamos reflexionando, luego de la sonrisa, ya que la rola terminó. Así, la sutileza de su fondo choca con la transparencia de su lenguaje, pero no inmediatamente, lo que es muestra del acierto estilístico de Tuchmann. Para el final, no es de extrañar que la letra se centre en el aburrimiento, que ya había mencionado irónicamente en el tercer verso, porque La última neurona también suelta una pequeña crítica a la vida de pareja tradicional. Esa institución monstruosa, pero aceptadísima y promovida por religión, discurso oficial y costumbre, en esta rola es la responsable de que la vida se vuelva ese “espantoso lugar”, y que todo el que no la siga sea, incluso para sí mismo, un “loco, pero loco de verdad”, que lo último que desea es quedarse en ella. Lo notable del recurso de Tuchmann es que incluso esa crítica, el verdadero fondo de la letra, no se note de entrada. Pero no es una deficiencia; al contrario, se corresponde perfectamente con el tono humorístico negro. En otras canciones se podrá ver su lado más amargo, directo. Pero para La última neurona Daniel Tuchmann prefiere la catarsis del divertimento autoirónico, porque no pretende resolver nada, sino sólo describirlo sarcásticamente, en el fondo para que duela menos, aunque sea por un rato. Y quienes conocemos esa práctica, sabemos lo mucho que alivia…
Obviamente el tipo de narrador y el tema de la rola requerían un lenguaje coloquial, cotidiano, que sonara como lo que es: un monólogo, aunque como mero recurso estilístico parezca dirigido a alguien específico, y no al público en general. Con esto, Tuchmann logra que su lenguaje suene vivo, y que el narrador-personaje suene tan presente (apoyado, obviamente, por esa elección de la primera persona verbal), con una transmisión más directa de sus emociones, livianas y al mismo tiempo fastidiadas, pero sin una amargura real, sino sólo muy al fondo, cuando nos quedamos reflexionando, luego de la sonrisa, ya que la rola terminó. Así, la sutileza de su fondo choca con la transparencia de su lenguaje, pero no inmediatamente, lo que es muestra del acierto estilístico de Tuchmann. Para el final, no es de extrañar que la letra se centre en el aburrimiento, que ya había mencionado irónicamente en el tercer verso, porque La última neurona también suelta una pequeña crítica a la vida de pareja tradicional. Esa institución monstruosa, pero aceptadísima y promovida por religión, discurso oficial y costumbre, en esta rola es la responsable de que la vida se vuelva ese “espantoso lugar”, y que todo el que no la siga sea, incluso para sí mismo, un “loco, pero loco de verdad”, que lo último que desea es quedarse en ella. Lo notable del recurso de Tuchmann es que incluso esa crítica, el verdadero fondo de la letra, no se note de entrada. Pero no es una deficiencia; al contrario, se corresponde perfectamente con el tono humorístico negro. En otras canciones se podrá ver su lado más amargo, directo. Pero para La última neurona Daniel Tuchmann prefiere la catarsis del divertimento autoirónico, porque no pretende resolver nada, sino sólo describirlo sarcásticamente, en el fondo para que duela menos, aunque sea por un rato. Y quienes conocemos esa práctica, sabemos lo mucho que alivia…
A mí esta rola siempre me ha gustado mucho, inclusive en una versión salsera que le escuché una vez con un grupo de música tropical en el que participaba Tuchman, no sé si era Recuerdos del Son o Salario mínimo o alguno de ese tipo o si sólo estaba de invitado, el caso es que cantaba su canción con un arreglo salsero o sonero, en alguna ocasión subí un post sobre La última... obviamente sin la calidad, información, análisis y lucidez de tus escritos, que siempre aportan algo nuevo e interesante, aunque a algunas personas a quienes recomiendo que te lean, digan que son pesados por su extensión, a mí eso no me importa, porque siempre son interesantes.
ResponderEliminarSaludos carnal.
Mil gracias, amigo Ariel.
ResponderEliminarInteresante lo de esa versión que cuentas y que no conozco, pese a que nunca he sido muy bueno para gustar de lo guapachoso...
Lo que me dices de que los textos largos resultan pesados, en realidad lo esperaba desde que iba creando el blog. Esto porque ya lo he vivido como profesor: los alumnos alegan con todo cuando se les dejan lecturas de 10, 15 o más cuartillas. Tengo muy claro que es parte de la nula cultura de lectura que padece el país, con uno de los promedios más bajos a nivel mundial. Pero a pesar de esperarlo, decidí siempre sostener la extensión tal como requirieran los análisis para ser lo suficientemente profundos, porque ese es el sentido de estos espacios, y no sólo dar la "embarradita" informativa a la que las restricciones de los medios oficiales nos tienen acostumbrados. Si eso espanta a ciertos posibles lectores, es una lástima, pero no me hace dudar de mi posición... Ni modus....
Un abrazo.
Por fortuna, estos espacios son nuestros totalmente y no están condicionados a nada, ni siquiera a la cantidad y calidad de lectores, están allí para quien quiera leernos y no están para quien no quiera, por eso amo éste entretenimiento: escribo cuando quiero y lo que quiero y me lee el que quiera y cuando quiera ¡pura libertad!
ResponderEliminarLa versión "guapachosa", debe estar por allí, yo la pesqué por casualidad en un programa de canal once, me llamó la atención porque ya conocía la canción y ver a Tuchman en esa faceta, pero hasta allí, no volví a recordarla, hasta el día en que leí tu artículo.
ResponderEliminarToda la razón en lo que dices, amigo Ariel. No obstante, y como ya conté, sí tomé una decisión pensando en el lector común: la de no poner en los posts la transcripción literal de los análisis hechos con los métodos señalados, sus matrices actanciales, esquemas estructurales, estilísticos integrales, etc., porque me pareció que resultaría un espacio demasiado académico, inaccesible para los que no tienen el interés específico en los análisis estrictamente profesionales. Por ello, tomé como fundamento esos resultados para la elección y calificación de las rolas, pero decidí un estilo más cercano al ensayo impresionista para los posts. Con el correr del tiempo creo que fue buena decisión. Pero como la extensión ya tiene que ver con la flojera de lector, y no con la dificultad del contenido, ahí sí prefiero seguir mi propia satisfacción ante lo escrito, gracias a esa libertad que señalas...
ResponderEliminarUn abrazo, y seguimos en la línea.
Por cierto, que me acordé de otra versión del Tuchmann a esta rola: una con orquesta sinfónica apoyándolo, en un programa de tele que conducía Nacho Méndez ("Sin compromisos", creo que se llamaba)...
ResponderEliminarHola, Pinwino (me da flojera el alt+154).
ResponderEliminarEn efecto, la rola salsera donde Tuchman participa existe, en efecto. Si mal no recuerdo, es con Recuerdos del Son. By the way, en ella el vocalista con acento caribenio introduce asi, palabras mas, palabras menos: "Y ahora con ustedes, Daniel Tuchmann: el Judio Maravilloso". Y a continuacion un exquisito y guapachoso solo de guitarra electrica de Tuchmann que nos hace bailar y pensar que si George Benson hubiera nacido en Guanabacoa y no en Pittsburgh, se echaria un palomazo guitarristico de esa talla. Es un placer leerlos. Ricardo Camarena Castellanos.
Muchas gracias por el dato y las palabras, estimado Ricardo. Habrá que buscar esa versión, suena muy interesante. Sin duda Tuchmann es un ejecutante extraordinario de la lira eléctrica, incluso creo que de los mejores en México. Qué lástima que no haya hecho más discos, porque se le conoce muy poco incluso en el medio del rock nacional...
ResponderEliminarMuchos saludos.
que bonito leer estos análisis tanto del disco de mi marido, que de su canción emblemática y fin de cuentas profético, se me fue y se nos fue, aunque le pedía que se quedara, me duele tanto no tener el placer de conciertos de a diario para mi solita, en día últimos años tocamos juntos, y quedó como recuerdo este disco https://soundcloud.app.goo.gl/Zb3SoWQZBgwCTqks8
EliminarDesde que lo escuché en un bar, lo quería primero como mi guitarrista, y de pilón novio. Yo no llegaba ni a sus talones como musico pero me tuvo paciencia y empezamos a tener algo de éxito en la area de la Bahía de San francisco, hay invitaciones a tocar juntos en la radio.
Ahora mis gigs (porque sigo cantando y cada vez es como ofrenda) me suenan vacíos sin su guitarra.
Se vino a morir a La Paz. Y le compuse una canción "Blues Man" que dice "uno nunca es profeta en su tierra natal, me dijo mientras soltó un suspiro y azotaba la guitarra " está escrito en inglés... the blues aren't made for crying, the blues will dry your eyes, but his heavy heart have up, too let his Spirit fly."
Apenas empezé a tocar la última neurona en mis gigs, y cada vez lo siento cerca y hasta adentro de mi, le invito a que me utilice, que se exprese atraves de mi.
Con el favor de D--s, habrá un festival de música en su rancho y rancho de Usted, Baturi, en su honor y memoria que siga sonando su música, su nombre, su leyenda.
https://www.facebook.com/631772827/posts/10158134010767828/?d=n
EliminarUn honor que compartas este testimonio, estimada hope, tan personal, sincero y conmovedor por lo expuesto, algo que no se acostumbra mucho, lamentablemente. Como no radico en el D.F desde hace años, las noticias sobre los músicos del rock y la trova del país no me llegan de manera fácil, así que desconocía la partida de Daniel. LO lamento mucho, obviamente sobre todo por la familia, pero también por México, porque el enorme talento de Daniel no abunda. Tengo muy claro que no sólo él, sino muchísimos de la lista de este y los otros blogs no han sido profetas en su tierra. Estos espacios buscan atenuar esa injusticia, aunque sea con sus limitados recursos.
EliminarUn abrazo, y te agradezco de corazón que nos hayas compartido tu comentario.
Hola, Pinwino.
ResponderEliminarRevuelta, junto con muchos programas pirateados a Rodrigo de O. de "El Rol de Todos los Dias" y mis chorrocientas entrevistas faranduleras de LA, tengo esa rola salsera de Tuchmann, desde luego en viejos cassettes. Pienso bajar a Mexico para 2012 y traerme de mi tambien viejo San Angel, DF, ese material y digitalizarlo (desde luego, dando los debidos cre'ditos). Te la prometo. Ademas, tengo alli' mismo una entrevista larga y amena con Sergio Arau donde me esboza su proyecto de "Un Dia sin Mexicanos" y el Arrejunte del Milenio. Es un testimonio de viva voz que bien cabri'a en tu post de Botellita de Jerez, o el de Naco es Chido. Un saludo y quedo apalabrado con ello! Rivcardo Camarena Castellanos.
Estupendo, estimado Ricardo, esperaremos con ansias esos aportes invaluables. Muchas gracias por compartir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Chipocludo análisis a esta legendaria rola mi Buen Pingüino, tengo el disco en donde viene pero las demás rolas no me llegaron y ya no compre algún otro disco del buen Daniel, en ese tiempo compre el disco de Patxi Andion en donde viene “si yo fuera mujer” y fue lo mismo las demás rolas ninguna me gustaron y los discos quedaron olvidados.
ResponderEliminarSobre lo que comentan de la duración de los textos, estos están a todas madres, inclusive al leer todos los comentarios uno no termina de aprender, entender, tener más material y después uno regresa y lee los comentarios que se van acumulando y nunca acaba, en las 100 rolas, mi buen Pingüi tengo la sensación de que los textos fueron siendo más grandes y más elaborados conforme se fueron acercando al No.1 y en general todos se fueron complementando con los comentarios, así que no sientan que esto puede generar en que la gente no los lea, yo pensaría en que la gente es más floja para escribir y conste que soy uno de ellos, probablemente si colocas un contador como los que hay en algunos blogs, podrás ver la cantidad de personas que visitan tus blogs, en fin.
Supongo que conoces este blog, se me hace muy bueno ya que es de Rock Progresivo y aunque esta en Brasileiro, (Bueno Portugués) se entiende, http://progresenhas.blogspot.mx/2012/05/gentle-giant-octopus.html, es como tu blog escuchas la música y lees su descripción y no puedes bajar la música y si tiene muchos enlaces en donde si se pueden bajar, esta grueso el tipo(Romeu Corsino), pero no tenemos la cultura en general los cibernautas de agradecer con algunas pocas palabras.
Ya estas mi buen amigo, un abrazo.
Mil gracias, amigo Margarito. Que yo sepa, Tuchmann no grabó otro disco. A mí tampoco me llegan demasiado las otras rolas, salvo un poco "Hace como un año". En cambio, de Patxi sí me laten mucho varias, te recomiendo sobre todo "Samaritana", "Los burmanos y los hugueses", "El maestro" y "Padre", todas excelentes, y de hecho para mí mucho mejores que "Si yo fuera mujer", que la encuentro un tanto efectista.
ResponderEliminarNo tengo contador a la vista de los lectores, pero sí integrado, en las herramientas de edición del blog, y por suerte sí es un buen número de visitantes, y de países que ni siquiera imagino cómo pueden interesarse en estos espacios (aunque seguro muchos llegan por las imágenes que contiene).
Finalmente, muchas gracias por el link al blog brasileño, lo voy a revisar sin duda alguna.
Un abrazo acarnalado.
A propósito de lo que dices sobre que los textos del otro blog fueron creciendo en tamaño y profundidad, yo también lo creo, amigo Margarito, y pienso que puede deberse a dos motivos, o quizá a ambos: primero, que las rolas mismas son más ricas conforme crecen en calidad, y de ahí el lugar que tuvieron en la lista, por lo que inspiran mayores reflexiones; y segundo, que, como casi con toda práctica, conforme agarré el ritmo la pluma se me fue soltando, porque los textos los fui escribiendo tal y como aparecen; es decir, de la rola 105 (contando los bonus tracks) a la 1. Sólo la PRESENTACIÓN la escribí al último.
ResponderEliminarMi blog fue citado aquí. No creo!!
ResponderEliminarAbrazo amigos!
Igualmente, estimado Romeu (perdón por no ponerlo en portugués, pero sólo sé leerlo, no escribirlo). Como puedes ver, conocimos tu magnífico blog gracias a la recomendación del amigo Margarito, así que te felicito por su alto nivel, sobre mi tipo de rock preferido: el progresivo. Ya lo incluí en la lista de blogs recomendables.
ResponderEliminarUn abrazo, y ojalá puedas aportar tus comentarios por aquí y en el otro blog, y así podamos romper la barrera del idioma.
Podemos hablar en español sin problemas. Lo incluí a tu blog en mi lista igualmente! Estoy muy agradecido por su visita al ProgResenhas.
ResponderEliminarAbrazo!
Nada que agradecer, amigo Romeu, es un placer leer (y recomendar) un blog tan bien hecho como el tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo, y seguimos en contacto.
Muchísimas gracias por el aporte, estimada Miriam, qué bueno que el disco de Daniel esté al alcance de nuevo.
ResponderEliminarMuchos saludos.
hola.....hace muchos años que escuche esta cancion....hoy la encontre cuando pensaba que ya no era posible...solo que los recuerdos me refieren a otra version que era como mas rockera blues...sabra alguien cual version es....gracias
ResponderEliminarMil gracias por comentar, estimado César. Yo desconozco esa versión que mencionas, pero quizá alguien sí, así que aquí queda la invitación a aportar algún dato de ella.
ResponderEliminarMuchos saludos.
Hola Pingüino, me provocó una gran curiosidad lo que dices de la vida en pareja como institución monstruosa (jaja, vaya adjetivo) ¿Por qué la ves así? Yo no he vivido jamás en pareja y tengo sentimientos ambivalentes; por un lado la anhelo (llegar y charlar de las cosas del día, compartir metas, etc.) pero también pienso constantemente en lo complicado y frustrante que puede ser (las mañas de uno y otro que día a día agotan la paciencia, la individualidad limitada, etc). ¿Cuál es tu perspectiva? ¿Podrías abundar un poco en esta cuestión, por favor?
ResponderEliminarAunque releyendo, veo que dices la vida de pareja “tradicional”. ¿Cómo describirías entonces esa vida? ¿Qué alternativas puede haber, en tu opinión?
ResponderEliminarUy, amigo Daniel, ese sí que es todo un tema. Obviamente no hay fórmulas. Lo que se me ocurre, así, a vuelapluma, es la alternativa de una pareja que surja de una valoración real del otro, y no del apantalle por el físico, la simpatía, el encanto, ni todos esos elementos que son pura forma, y no fondo. Lo segundo sería la búsqueda de una relación enriquecedora para ambos, en que se conservara la individualidad, la vida propia, y que ambas, plenas, se compartieran, y no que uno le haga la vida al otro. Y en tercer lugar, una vida que revise críticamente todo lo enseñado por familia, religión, clase, medio, etc., y no que lo acepte sin filtrar; por ejemplo, tener hijos no "porque todos tienen", "porque hay que tener", "porque es la ilusión de mis padres (o mis suegros)" ni mucho menos por esa idea aberrante de que "es un aporte a la especie"; saber, en cambio, exactamente por qué se tienen, y sobre todo, que no tenerlos es una opción absolutamente razonable también. Asimismo con todos los elementos de la pareja.
ResponderEliminarEfectivamente, cuando digo "monstruosa", me refiero a la institucionalización de la pareja, a repetir la fórmula tradicional, limitante, por costumbre, sin novedades, sin búsquedas, etc. Obviamente yo trato de vivirla de otro modo, del que señalo. Y es un proceso que nunca se acaba, ¿no?
Un abrazo.